Es una película de las que hace pensar. Tuvimos la ocasión de hacer un cinefórum con todos mis primos y fue muy interesante pues se le puede sacar mucho partido. Nuestro primo Javier Mel·loni nos la introdujo:
Es del director
alemán JO BAIER (1949), director i guionista de films menores como “Operación
Valkiria” (2004) o “No todos fueron asesinos” (2006) –sobre Alemaia en tiempo nazi-.
Se trata de una aproximación al personage real TIZIANO TERZANI (1938-2004), uno dels periodistas
más lúcidos i originales del s.XX, a partir de su libro homónimo de memorias,
obra póstuma publicada por su hijo en 2006.
Muere en el pueblo
d’Orsigna, en los Apeninos, cerca de Florencia, donde se retiró los últimos meses para prepararse a morir a los 65 años.
Otras de sus obras:
“Piel de leopardo”
(1973) sobre la guerra del Vietnam.
Hizo un documental sobre Teresa de Calcuta.
“Cartas contra la
guerra” (2001), donde toma una postura diferente a la de Oriana Fallaci delante del
11-S 2001.
“Otra ronda
del torneo” (2004), donde recoge situaciones muy diversas del mundo, entre Oriente y
Occidente buscando medicinas alternativas: "Viajar ha sido siempre para mi una manera de vivir, y ahora se había tomado la enfermedad como otro viaje: un viaje involuntario, no previsto, para el cual no tenía mapas geográficos, para el cual no se había preparado de ninguna manera, pero que de todos los viajes hechos hasta el momento era el que requería más compromíso, el más intenso (...). pero al cabo de poco tiempo, el objetivo de mi viaje no era tanto la curación del cáncer, sino que se convirtió en la búsqueda de la curación para la enfermedad que nos afecta a todos: la mortalidad."
Austera película
con largos diálogos en un pueblo de la
Toscana de Tiziano Terzani con su hijo. Dos hombres, dos mujeres y dos nietos. Tres
generaciones con los dos géneros equilibrados.
Tiziano tenía 33
años cuando fue a la China y su hijo Folco tiene 35 años.
Más que de morir,
Tiziano habla de abandonar el cuerpo.
“La muerte es la
única cosa nueva que me puede suceder”.
En la China vió la realidad a
partir de un filtro ideológico.
“¿Para qué
sirven les revoluciones? No sirven de nada si no comienzan por el cambio de uno
mismo”. Se da cuenta a lo largo de su vida de que, más importante que la revolución exterior es la revolución
interior.
“Hace falta el cambio cualiativo del ser humano. Es imprescindible la revolució dentro de uno mismo”
“Libertat de ser
el que uno es”.
“La gran lucha
del futuro será contra el mercado que decide por nosotros”.
“Hemos de renunciar a
muchas cosas y ayunar”.
“Una guerra nunca
da lo que promete (...).Una guerra nunca ha puesto fin a otra guerra”
Pone unos ojos a
un árbol para que sus nietos se den cuenta de que el árbol está vivo.
Interpela a su hijo para que no deje a medias las cosas. No está en desacuerdo con lo que hace,
sino en que no llege hasta el final de ninguna de ellas. Folco se hará responsable
del libro hasta el final.
“Tu identidad no hace más que limitarte”. Después de los tres años de retiro en el Tíbet
se cambia el nombre de Tiziano por A-nam:
“El que no tiene nombre”.
“Estar iluminado es ver todo tal como es, reconocerlo en su totalidad”.
“La verdad es un
país sin caminos (...). Hace solo unos cuantos años no lo habría entendido”.
“Si pudiera, me
moriría riendo”.
Experimentó
la iluminación viendo el vuelo de una mariquita: delante de un precipicio abismal, voló con sus pequeñas alas.
Se siente parte de ser cósmico. “Quizá solo fue una gota (su il.luminación) pero yo lo sentí como si fuera el océano”.
Indiferencia
majestuosa de la naturaleza delante del que nace y del que muere.
“He sido muchas
cosas, pero al final no soy nada”.
Le pregunta a su hijo en la cima de la montaña: - ¿Qué ves cuando contemplas el mundo?
Al principio no
le contesta. Lo hará más tarde: “Antes me veía separado. Ahora me veo formando parte
del Todo, parte de la belleza de la vida. Solo hace falta dejarse caer dentro
de esta belleza”.
No se da ninguna
importancia a él mismo; “No soy ninguna excepción”.
“La muerte es el miedo a perder todo lo que tienes”.
Muere en la gompa, la cabaña de ermitaño, en recuerdo
de los tres años que estuvo en el Tíbet haciendo un retiro de tres años con un maestro.
Encontramos en él, el
Principio de oceanización y de totalidad (Oriente): “El tú que pertenece al
Todo” y a la vez el principio de
personalización (Occidente): “Hace falta construir una vida propia en la que te
reconozcas a ti mismo”.
En definitiva, el
mensaje de esta película es que quien no tiene miedo a la vida, no tiene miedo a la
muerte y que quien sabe vivir, sabe también morir, porque son las dos caras del mismo
don y del mismo misterio de existir.
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