martes, 18 de octubre de 2011

El diálogo con la trascendencia


En una reunión de primos, Javier Mel·loni nos hizo estas reflexiones:

“RELIGIÓN” tiene  3 significados etimológicos:

“RE-LIGARE”: crear lazos con Dios, inseparablemente con la comunidad humana y con el mundo. Toda religión tiene espacios sagrados, tiempos sagrados, normas de alimentación…Es una manera de estar en el mundo.

“RE-LEGERE”: Interpretar. La vida humana es un misterio. Tenemos interrogantes. Es una forma de interpretar la vida, la muerte, el amor, las presencias, las ausencias…Leer el misterio de nuestra existencia.

“RE-ELIGERE”: Es una elección continua. Un acto de libertad. Nos hace crecer en la medida que nos da libertad y sentido. No nos somete, sino que nos apuntamos o nos desapuntamos. La interpretación no es fija, es dinámica, el RE inicial nos indica dinamismo, innovación, cada generación, cada persona…

En Occidente (Cataluña es una de las zonas más secularizadas del mundo) hay crisis de una determinada religión, de una determinada imagen de Dios (barbas, mirada omnipresente…), de un determinado lenguaje, pero hay búsqueda de una dimensión espiritual.

Espiritualidad no es lo mismo que religión. La religión da espiritualidad pero no siempre. Hay gente que busca espiritualidad sin religión.

Buscar espiritualidad a través de una religión tiene la  ventaja  de que ya están definidos los espacios, los tiempos…pero el inconveniente de que muchas veces es algo tan establecido que le quita agilidad y puede ser más rígido.

Podemos optar por continuar con lo recibido y cambiarlo desde dentro o cambiar de barca y buscar por otro lugar.
Releer el  Evangelio con claves universales.

Lo que hace una experiencia humana, profundamente espiritual y religiosa, es sentirse que formamos parte del mundo y estamos invitados a participar. La vida es un don, un regalo. Este regalo ha estado posibilitado por un TÚ, alguien que es la prolongación de uno mismo, la plenitud de lo que somos y estamos invitados a ser. Un padre, un hermano, un amigo. Otras tradiciones no lo nombran. Tener conciencia de esta presencia baña a la persona en confianza, serenidad, alegría. La vida no empieza ni acaba en mí. Hay una luz de la que venimos y  a la que vamos.
Debemos formar una conciencia ética: debemos repartir los espacios comunes, los tiempos comunes. Se demuestra en la finura en el trato con los demás. Reconocer las necesidades de los otros. La mirada profética ha denunciado las concesiones de cualquier sociedad. Todas las religiones son un revulsivo ético y recuerdan las necesidades de los otros:
Las religiones orientales priorizan la ARMONÍA INTERIOR porque si  estás bien podrás estar por los demás, mientras que  la tradición judía-islámico-cristiana prioriza HAZ EL BIEN y así tú estarás bien.

Hay tres parámetros que pueden ser  mínimos y también máximos que definen un camino:
  1. Encontrar tiempos y espacios de interiorización. Aunque sean 5’ diarios para decir 3 palabras:
GRACIAS. El corazón se relaja, repasamos las vivencias del día, las comidas, las informaciones, lecturas…
PERDÓN: Completa lo que de mí ha quedado incompleto, soy limitado, egoísta, perezoso…
AQUÍ ESTOY de nuevo para amar. Para servir.
Esto nos creará un estado de presencia, de serenidad. Son pautas para todo ser humano. Si tiene un TÚ, mejor, pero puede servir para todos.

  1. Tener un estado de conciencia permanente... Hacer las cosas plenamente. Esto nos hace trascender el EGO. 
Cada instante es un sí que te ayuda a darte. En Él somos, nos movemos y existimos.

  1. La comunicación: las cosas que se comunican no quedan colapsadas en la pareja, amigos…la palabra circula (Misa). Me confronto al otro, no imagino cómo piensa y siente. Se produce la sanación en el encuentro con el otro. Además si se produce el encuentro en un clima religioso, es mejor (se bajan las defensas)
La naturaleza no está de entrada en nuestra cultura. Pagano significaba = campesino. El cristianismo tradicionalmente se asociaba a las ciudades, a los ilustrados frente a las supersticiones del campo.
La ecología no es sólo una moda, es también una alerta.

Hay otras religiones que hablan de lo mismo. ¿Por qué no conocerlas? Es lo mismo que ocurre con las lenguas. Nacemos en un país con una lengua determinada que nos enseñan y con ella podemos hablar de todo. Pero no es la única forma de hablar, con otra lengua también se puede hablar de todo.


El punto de partida es que Dios es AMOR. Una llama es llama e ilumina al mismo tiempo que es llama. Dios es amor y nos está amando todo el tiempo. Debemos tener un modo de vivir que ayude a los demás a ser más.

Hay una gran parte oscura en el mundo. Hasta ahora nos han transmitido un lenguaje de castigo, de amenaza. Actualmente esto no nos ayuda.
¿Cómo encontrar caminos recurriendo a la tradición y a la sensibilidad actual?
Las religiones son grandes modelos pedagógicos: Nos dan  momentos de reflexión (misa, rosario…), textos que nos iluminan, pautas de reflexión, crean comunidad…ya lo tienen establecido.
Jesucristo se “cargó” la religión de su tiempo.

Vivimos un tiempo con un ritmo muy acelerado y con unas preguntas que no están en los textos: temas familiares, éticos…
Estamos en un momento nuevo, debemos trabajar con honestidad aunque vayamos con el acierto-error. A mucha gente esto le provoca temor. Hay que confiar que esa búsqueda nos llevará a Dios.
Sólo deberemos responder ante Dios de nuestra honestidad.
Debemos ir avanzando y “soltando” lo que no nos ayude. Tenemos  trabajo.

A los jóvenes debemos darles herramientas para que perciban que  nuestra constitución es espiritual, que la sociedad no está fuera de Dios, aunque no le pongamos nombre. El niño, el adolescente se juega algo muy importante de la persona. Despertar el gusto por la interioridad. Inspiramos, estamos recibiendo la vida.
Habrá épocas que no lo utilizarán, pero en otros momentos de duda, de fracasos les irá bien.
Enseñarles a salir de uno mismo, de no ser arbitrarios, enseñarles a agradecer, ya que es una de las actitudes mejores de la vida.
Aunque no tengas o no nombres un TÚ, puedes tener una religiosidad igualmente plena.
A lo largo de nuestra vida pasamos momentos de oscuridad, de luces cortas, de luces largas… Todos estamos llamados a ser místicos.

Lo importante es saber cada cual:
  1. ¿Qué me nutre personalmente? Lecturas…Debemos irnos cultivando para crecer.
  2. ¿Qué me nutre como comunidad? Hay épocas de la vida que se comparte más. Debemos compartir con personas que nos estimulen, que no sea una experiencia frustrante.
Hemos de tener mucha libertad, no crearnos culpabilidades.




No hay comentarios:

Publicar un comentario